viernes, 31 de julio de 2009

En cada casa hay un desatorador

Es el nombre de la última obra de Amapola Prada. La obra como idea nació en 2007 pero no fue hasta este año que se mostró públicamente. "En cada casa hay un desatorador porque tarde o temprano, siempre hay algo que desatorar", escribe Amapola.

La acción muestra a una mujer (sólo una mujer puesto que carece de rostro) realizando -según mi impresión- una auto-purgación de su sexo, como si la fuerza del empuje y su rechazo liberara un camino que tiene dos sentidos, algo que pugna por entrar, algo que pugna por salir. Limpiar muy adentro para dejar fluir.


La artista nos cuenta que la acción se creó a partir de un relato inconcluso que escribió en 2004, aquí lo posteo:

"Tomó la olla pequeña, la colocó encima de su cabeza, en aquel lugar de la cabeza que dicen es el último en cerrar cuando nacemos.

Se echó el agua en la coronilla, como esperando reabrir aquel conducto que la llevaría  a un canal que  recorrería el centro de su cuerpo. El agua recién hervida fue entrando lentamente, primero cayó encima de sus cabellos, que fueron disolviéndose lentamente al contacto con el agua. El agua fue chorreando por su frente, nuca, espalda, sienes, mejillas, cuello, busto.

Su coronilla fue abriéndose dando lugar a ese hoyo primitivo. El agua ya no chorreaba ahora, entraba limpia por un canal que parecía existir con anterioridad, un water taponeado de mierda que desembocaba en su sexo.

El agua ya no quemaba, estaba siendo bebida por su cuerpo ahora despellejado en el exterior, encendido. Las hojas secas del interior se humedecían y desembocaban en el útero acompañadas de agua de acequia con zancudos muertos que chorreaban tibios entre sus piernas."

(Haz click aquí para ir a otra entrada sobre Amapola Prada en este blog)

No hay comentarios:

Publicar un comentario