Ileana Dieguez (México-Cuba) viene investigando desde hace muchos años las relaciones entre las nuevas teatralidades, los escenarios liminales y los contextos de conflictos sociales y políticos en Latinoamérica.
Del lunes 16 al jueves 19 de noviembre estará dando un taller teórico en el II Festival Internacional de Mujeres Creadoras en Yuyachkani.
Aquí un extracto del texto "Poéticas secrecionales. Los cuerpos abyectos en las performances de Rosemberg Sandoval".
"Las primeras consideraciones en torno a una poética secrecional fueron planteadas por Antonin Artaud, quien insistió en el teatro como "acto y emanación perpetua" (1959, 150), como producción de estados no racionales y riesgos vitales. Si bien en sus primeros textos ya emergía una corporalidad poética que redimensionaba la teatralidad, hacia finales de la siguiente década Artaud va a proponer una corporalidad escatológica. El cuerpo que produce y expulsa secreciones no puede prescindir de la muerte de lo propio. La materia fecal expulsada es constitutiva de vida. Esta experiencia que se concreta en materia poética a través de la escritura remite a visiones cosmogónicas duales, al cuerpo doble de la concepción grotesca. Para Artaud la obra artística se configura con desechos propios: una escritura de desechos y de secreciones corporales también constituye una secreción del propio cuerpo. La escatología grotesca de este Artaud -Para acabar de una vez con el juicio de Dios- se concreta en una textualidad poética donde la palabra es aún el medio para la representación de los dramas corporales, configurando una "textualidad del cuerpo" (Weisz, 1997).
La idea del performer como productor de un arte secrecional que se alimenta de su propia corporalidad, que da presencia a sus fluidos, desechos y materias orgánicas fue visionada por la poética y el gesto vital de Artaud. La textura secrecional que él proponía -mucho antes de los rituales orgiásticos del Accionismo Vienés- insistía en el compromiso corporal del actor/poeta/performer e introducía la concepción matérica de las acciones performativas (...)
El performer colombiano Rosemberg Sandoval ha construido su obra implicando una variedad de materiales y medios: dibujos, instalaciones y performances, periódicos, ropa usada, gasa, curas adhesivas, objetos encontrados en la calle, desechos de atentados, fragmentos de paredes, plásticos, alambre de púas, madera amazónica, pedazos de vidrio y concreto, orina, sangre, cabellos, vellos púbicos, vísceras humanas, cadáveres y cuerpos vivos.
Como en la escritura de Artaud, en Sandoval se concreta una práctica artística que incluye la relación con el dolor. Pero a diferencia del corpus textual artaudiano, la constitución poética del performer colombiano es matérica: directamente aparecen los pedazos y secreciones de cuerpos humanos y urbanos. Fuera del ciclo vital del grotesco, la materia residual que integra la obra de Rosemberg representa las caídas y expulsiones de un corpus social. Figuras descartables, desbordamientos del gran cuerpo que desecha lo que ya no puede digerir. Materia abyecta producida en los límites de un corpus en estado de pérdida.
El cuerpo abyecto se aproxima al grotesco al hacer visible ese otro cuerpo interno que al salir se descompone, molestando, incomodando la mirada, haciendo evidente el principio de fecalidad y escatología que habita la vida. Lo abyecto nos sitúa en una relación compleja con lo moral al exhibir la fragilidad de lo legal, perturbando el orden (Kristeva, 11). Aunque ambos estados desestabilicen la mirada y disloquen los mecanismos concebidos para maquillar lo desagradable y lo feo, la connotación mortuoria de la abyección le impide igualarse al grotesco."
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Baby street, 1998-1999, performance con niño indigente
Mugre, 1999, performance hecha con el desplazamiento de un indigente al hombro contra las paredes del Museo de Arte Moderno de Cali
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